El blog de madremuerta volverá próximamente

miércoles, 5 de septiembre de 2007

0028. Crisis de los cuarenta


De pequeño odiaba que me hicieran callar y que me ordenaran las cosas sin explicación, respondiendo con falacias del tipo “porque sí” o “porque lo digo yo”. “Cuando seas mayor harás lo que quieras”... Cuántas veces habré escuchado esa frase... Deseaba crecer rápido para que dejaran de hacerme guardar silencio por costumbre, quería realizar aquello prohibido, cumplir mis numerosos sueños, como ser piloto de avión, productor de cine, marinero, veterinario… Con el paso de los años, en lugar de sentirme más libre, las restricciones y obligaciones ganaban peso. Sí, podía fumar, salir hasta tarde, pero también, lo que llamaban “las responsabilidades de la vida adulta” afearon mi mundo.

Pero ahora no estoy aquí para hablar de mí, sino de mi madre muerta. De niña también soñaba. Quería ser bailarina, actriz y princesa. Yo la conocí de adulta. Nací cuando ella tenía veintidós. Cumplí los dieciocho el año en el que ella murió a los cuarenta. ¿La mató lo que llaman “la crisis de los cuarenta?”. Vaya, aquí tenemos a otro candidato más para la lista de sospechosos por asesinato. La verdad es que ella no se encontraba en uno de sus mejores momentos. ¿Por qué no la ayudaba mi padre? Se separaron hace años, cuando yo tenía siete. Él la engañaba con otra mujer. “Familiarmente me siento fracasada”, fue lo que le oí decirle a Pilar por teléfono días antes de morirse. Otros sucesos agrietaron aún más los cimientos de su frágil y solitaria mente: su hermana Esther, deprimida durante dos meses, sucumbió al cáncer. Un linfoma. Un duro revés para mi madre.

Estas situaciones estresantes encadenadas, una tras otra, ¿justifican la depresión que condujo al suicidio? ¿O tal vez fue su personalidad y su manera de entender y afrontar los acontecimientos lo que la llevaron hasta el punto de sentirse tan mal?

Tantas situaciones desagradables cansan la mente. El pensamiento positivo pierde brillo, y el que ya era negativo de por sí, se rinde y se deja marchitar.

No hay comentarios: