0024. Un oso polar en el desierto

"Existe una predisposición genética para la depresión, aunque también hay factores externos que resultan determinantes en la mayoría de los casos".

Pensando en todo esto, ¿por qué iba el código genético a codificar secuencias que pusieran en peligro nuestras vidas? Es cierto que se ha visto que ciertas "condiciones heredadas" hoy consideradas como "enfermedades" han sido seleccionadas evolutivamente para proteger al individuo de un entorno hostil en otros tipos o circunstancias. Por ejemplo, la hemocromatosis, que es una enfermedad hereditaria en la que se produce un acúmulo excesivo de hierro en sangre,daña a diversos órganos del cuerpo. No obstante, hace siglos protegía de las grandes epidemias como la peste. Sí, acortaba la esperanza de vida, pero evitaba morir fulminado por la indeseada bacteria. Igualmente sucede con la anemia falciforme, que puede acortar la logevidad por presentar glóbulos rojos deformes, pero evita morir en unos días por Malaria. Pero... ¿códificar una predisposición a deprimirse? ¿para qué? ¿y en un porcentaje tan elevado de individuos? Claro que está relacionado con los genes en cierta medida, pero esto es como decir “tienen más riesgo de quemarse al Sol aquellas personas cuyos genes no les hacen tener piel oscura”, y después añadir "también depende de factores externos, como la presencia o no de nubes o crema solar". A lo mejor resulta que la mayoría de la gente es de piel clara y están naciendo en el Ecuador, a cuarenta grados, sin nubes, ni crema protectora, y es esta la razón por la que existen tantos "quemados". La situación que describen los llamados "expertos" es similar a la de colocar a osos polares en el Sahara, y al ver que se deprimen por su entorno arenoso y el calor (las circunstancias externas), exclamar “sus genes los predisponían a sufrir porque les hacían nacer con mucho pelo”.

Los factores externos en nuestra sociedad son demasiado fuertes, tanto, que afectan a una enorme parte de la población. Si damos por hecho que la depresión sea predominantemente innata, cuando es tan frecuente, podríamos concluir que la naturaleza es muy injusta. ¿Y por qué no nos proporcionan alas para así no tener que coger el avión? ¿Y por qué no pueden nuestros genes darnos branquias para no tener que usar bombonas de oxígeno al bucear? ¿por qué no son capaces de hacernos totalmente invulnerables a las exigencias y patrones mentales que proponen las sociedades en las que nacemos para así no tener que usar antidepresivos entre otras sustancias?


Si las estadísticas demuestran que la cifra de deprimidos es cada vez mayor… ¿Cómo es posible que la naturaleza distribuyera tantos genes “defectuosos”? ¿No será que el ser humano esté llevando una vida para la que su codificación genética o naturaleza no esté preparada? ¿Acaso es posible que "los genes" no hubieran previsto este entorno tan áspero u hostil?

Gracias a la versatilidad del lenguaje, las circunstancias se pueden expresar a gusto de todos. Para aquellos que afirman que la base de la depresión es genética, también podríamos decir que tienen razón: nuestros genes no están preparados para este ritmo de vida.

Hay que tener en cuenta esos factores adicionales.