En la primera visita al psiquiatra, éste nos preguntó: “¿Existe más familiares vuestros con alcoholismo o depresión?” Yo respondí por mi madre, porque ella estaba un poco rehacia a recordar: “mi padre bebía mucho, y mi tío Pablo también, y mi abuelo Tomás, aún más”. “Y deprimidos... Pues la hermana de mi madre pasó un largo periodo deprimida que yo recuerde, y el médico le recetó pastillas para dormir”. "Ah, y mi prima Chelo es anoréxica". Después de mi contestación, el psiquiatra afirmó “se puede haber heredado una predisposición biológica”. “¿Entonces ya está doctor?” “¿Es culpa de sus genes?” "Veréis, la genética por sí sola no es suficiente, y son necesarios factores adicionales que pueden ser moleculares, ambientales o psicosociales, y hay que tenerlos muy en cuenta".
El caso es que la lista de sospechosos se ampliaba cada vez más.
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