
El ser humano está programado para desear sus “necedades esenciales”, sobre todo cuando éstas escasean. La ansiedad asociada al deseo es el motor que lo impulsa a obtenerlo. Maslow jerarquizó estas necesidades en una pirámide, colocando las más importantes para la supervivencia inmediata en la base. A partir de allí, nos encontramos con otras asociadas a un desarrollo psicológico adecuado. En las sociedades modernas, en las que la mayoría de los individuos tienen las necesidades fisiológicas más o menos garantizadas, comienzan a plantearse otras cuestiones relacionadas con el desarrollo personal y autorrealización.
En los países en los que cubrir las necesidades fisiológicas básicas y de seguridad supone una complicación, el mero hecho de tratar de subsistir puede dejar excluidas las necesidades llamadas de crecimiento o desarrollo personal por la falta de tiempo. Comer o evitar ser asesinados son situaciones lo suficientemente importantes como para pararse a pensar en las canas o en aprender a tocar el violonchelo. La supervivencia prima sobre el crecimiento.
En aquellos países donde las necesidades fisiológicas y de seguridad se ven más que cubiertas desde el nacimiento, otras cuestiones entran en juego, como son las necesidades sociales, de estima y de autorrealización. El no poder llevarlas a cabo supondrá un aumento del malestar psíquico. Este malestar puede poner en jaque a las necesidades fisiológicas o de seguridad, sólo para intentar garantizar las últimas. El crecimiento puede eclipsar a la misma supervivencia.

1 comentario:
Excelente blog. El éxito en mi trabajo, lejos de ser profesional, es una cuestion de supervivencia. Así puedo explicar porque no tengo tiempo para sentimientos ni inquietudes de calidad de vida.
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